el motivo de una supuesta enfermedad no es conocido hasta que proliferan los primeros síntomas.
puede que los huesos leña se partan y se astillen.
que la piel muera y se escurra por otra nueva piel.
puede que los hijos nazcan ya preñados y los nimbos carezcan de alma
como si el cielo fuese un espejo.
el sueño y ese sol que fulmina, el sueño transmite sueño
y pereza, el sol que fulmina la siesta, que apesta necesitado
de hormas, que pulula en la tierra indagando.
ese sol transmite pereza.
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