martes, 15 de abril de 2014

Podrían ser mis ojos
dos escamas de tu piel,
dos briznas, nada más, de tu mirada.

Pudiera mi alfabeto
transcribir tus jeroglíficos.
Oyendo como un animal
oye sus latidos,
por dentro,
por fuera del cuerpo.

Quisiera la mirada,
turbia a veces,
soltar,
quisiera verla mirar
otros horizontes,
en los que sintamos.
En los que dejemos de edulcorar
nuestra pequeña existencia.

Quisiera nuestras manos
en lo verde de la tierra
sentirlas trabajar,
amasando el pan de los años mozos,
tejiendo esperanza para el invierno.

Podría quererte.
Quiero poder verte
reflejada en mis pupilas.


Este poema se llamará, Percepción, cuando lo conozca su destinataria.

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